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Cómo hacer que los hijos se sientan bien en las nuevas familias de sus progenitores

En los últimos 25 años ha habido en España más de un millón
de divorcios; por cada matrimonio que se rompe, hay uno nuevo y de todos estos,
el 9% está formado por un contrayente que ha enviudado o se ha separado. Estas
nuevas familias, aunque supongan una segunda o tercera experiencia, son una
primera vez en común para sus miembros, y también para los hijos o hijas de las
relaciones anteriores.




Las características en la estructura de la familia y en las
nuevas formas de relación pueden variar mucho entre unas y otras y entrañar
ciertas dificultades. En la consolidación de una nueva relación de pareja se
tendrá que lidiar con:

        – Experiencias anteriores que terminaron en
ruptura
        – Conflictos de lealtades de los hijos o hijas hacia
los progenitores y parejas de los mismos
        – Ambigüedad de roles
        – Celos, resentimiento, angustia
        – Rivalidad entre miembros de la familia

Si hablamos de forma específica de los hijos e hijas de
parejas anteriores, debemos de tener en cuenta que la percepción que tienen sobre
el  “lugar que ocupa en relación al
otro”, puede cambiar y ser negativa.

“Los hijos van más
lentos que los padres en la constitución de las relaciones nuevas. Con
frecuencia, la nueva pareja ha ido creando el vínculo sin que los hijos hayan
sido conscientes de ello y, de repente, se encuentran con alguien a quien deben
cierto reconocimiento, amor, respeto…[…]. Sincronizar los tiempos, haciéndoles
partícipes de cómo se gestó la nueva pareja, puede ser importante”.
(Colapinto,
1987)

¿Cómo podemos lograr que los hijos e hijas se encuentren
bien en la nueva relación?

– Un aspecto importante es que los niños comprendan que en
este nuevo “nosotros” también tienen un lugar en el que pueden sentirse bien.

– Podemos crear pautas, tradiciones y rituales nuevos para la
nueva familia, admitiendo que las diversas formas de actuar son simplemente
distintas, no mejores ni peores.

– Los cambios deben hacerse de manera pausada y conservando
ciertos rituales anteriores y, combinándolos entre sí cuando se considere
apropiado y, además, crear nuevos espacios y tiempos que permitan enriquecer la
historia familiar.

– Algo a tener en cuenta es que antes de que la nueva pareja
del padre o de la madre pueda introducir normas, lo más importante es
establecer relación con los hijastros sin olvidar cuidar y nutrir la pareja.
Teniendo presente el tiempo para estar a solas como pareja y fijando de común
acuerdo las pautas de relación entre todos, apoyándose mutuamente en relación a
los hijos.

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