Desde la experiencia que vamos recogiendo en Espacio Ariadna, a través del acompañamiento a las familias, apreciamos la importancia que cobra entre los padres el inculcar a los hijos el sentido del deber, por delante de la educación emocional.
Los profesionales que atendemos a las familias creemos que, entre otros motivos, esta preocupación se debe a que la realidad social en la que vivimos es complicada y el futuro, incierto y con poco espacio en el que albergar cierto sentimiento de seguridad y estabilidad.
Con esta preocupación, las familias proyectamos sobre la vida de nuestros hijos nuestra propia angustia e inquietudes con respecto a su futuro. Estamos atentos a la necesidad de prepararse hoy para ese futuro difuso del mañana, y focalizamos nuestra energía en la necesidad de prepararse académica, formativa y profesionalmente.
Pero esto no es, desde nuestro punto de vista, lo único y principal en el devenir adolescente; existen otros aspectos que definirán las oportunidades puedan construirse nuestros hijos para el mañana. Desde su maduración personal, un crecimiento y un desarrollo psicosocial seguros y nutridos emocional y sentimentalmente, hasta una educación que tenga su origen en la relación que establecemos con ellos y que les ayude a comprender su experiencia y sus vivencias. Estos otros aspectos de los que escribo no son más que la educación emocional de la que tanto hablamos en los últimos tiempos.
Por la importancia que consideramos que tiene la educación emocional, queremos acercaros una guía que hace referencia a este concepto y ofrece unas pautas para padres y educadores de menores y jóvenes adolescentes. La publica la Asociación Elisabeth d´Ornano y la podéis consultar en este link:
«Guía breve de educación emocional para padres y educadores» de la Asociación Elisabeth d´Ornano.